Antes de interesarnos en una sesión de sauna deberíamos preguntarnos si estamos físicamente preparados para hacerlo. Por lo general las personas con enfermedades al corazón quedan contraindicadas para acceder a este servicio pues correrían el riesgo de sufrir un paro cardiaco.
El médico es quién dará el visto bueno e indicará si es recomendable o no acudir a una sauna. Aún así es necesario seguir ciertas pautas:
-
Ingresar en la sauna luego de haber reposado los alimentos mínimo una hora, en caso estés con el estómago vacío es mejor postergar el tratamiento
-
Ducharse con agua atemperada antes de iniciar la sesión. Tu piel debe estar húmeda y limpia
-
Mientras te encuentres en la sauna está prohibido beber cualquier clase de líquido, si eso sucede la desintoxicación corporal sería imposible
-
Luego del tratamiento se aconseja beber zumos, bebidas isotónicas y agua mineral
-
Las conversaciones o los movimientos bruscos deben evitarse para que la circulación y respiración no se altere
-
Finaliza tu permanencia en el sauna con una ducha fría, mientras te la das frota tu cuerpo con una manopla exfoliante para retirad el sudor y las impurezas